Siento como se me van
las ganas de los placeres que me ofrecía la vida; y me cuesta mucho más llegar a esos atardeceres que me causan la fatiga. Me cuesta mucho trabajo conforme voy caminando llegar hasta no sé cuando donde se me acabe el "tajo" de este vivir del "carajo" donde me hallo buscando algo que se me está negando y que busco con "descuajo". A veces, me gustaría que el tiempo se pasara aún con más rapidez; y que esta triste vida en un "pispás" se volara sin tenerla que beber. Pero me estoy temiendo, que en este mar de "rincones" tendré aún que seguir; donde casi nada entiendo y en estas condiciones me resignaré a vivir. P. Garrido. 30-06-2020
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Sucedió una mañana
que se levantó temprano al sonar de las campanas que venía desde el llano. con el viento a su favor, escuchaba ese tonillo; pensó que era la mayor de la torre del castillo. Aquello era una rareza, porque la "mayor" tañía si alguien de la "realeza" en el castillo moría. Se fue para la labor y aún no clareaba el día; cuando de pronto una voz se escuchaba que decía: Soy la campana mayor; y toco por la alegría, que hoy nacerá el mejor "hijo de la fantasía". Se pensaba que las cañas con el aire se rozaban; que si el oído no lo engaña, pues parecía que hablaban; formando unas "maraña", que a cualquiera engañaban. Llevaba sombrero y "hoz" a las espaldas colgados ; cuando de pronto una voz le entró por ambos lados; que parecía un "altavoz" con sus cables conectados, con otro aún mayor sonando acompasados. Pasó debajo el castillo; la campana volteaba sola y sin ningún "monaguillo" que tirara de la "soga". Le entró un escalofrío que de allí salió corriendo en dirección hacía el río; poniendo tierra de por medio porque andaba "perdío" y era el mejor remedio. Entonces fue que escuchó el llanto de un "chiquillo"; entre los juncos miró y se encontró un "cestillo". Dentro, un bebé lloraba; y salía un resplandor rubio como la cebada; y parecía al niño Dios con su carne "sonrosada", que lo invadió de amor. Cogió el cesto en sus manos con muchísima ternura; y el más feliz de los humanos fue con aquella criatura. Cuando llegó a su casa con tantísima alegría; abrió a su mujer la cestilla, pero estaba vacía; sólo había "florecillas". ¡Hijo de la fantasía!. P. Garrido. 30-6-2020 Rompió el mundo que tenía
dentro de su corazón y se lanzó a la vida con toda su ilusión. Cómo serían las fuerzas dentro de su pensamiento que no había ya puertas para su confinamiento. Andó por montes y valles; por desiertos y montañas arrasando por las calles y resolviendo "marañas". Rompió con todo pasado de represión "ponzoñosa"; y lo dejó todo a un lado porque se sentía "hermosa". ¿Si mi cuerpo es "esbelto" y mi peso el ideal; pequé sufrir el tormento de tener que aparentar lo que no siente mi cuerpo?. ¡Que no conciencia maldita!; te voy a lanzar al viento, porque me siento bonita; porque de hermosa, reviento y voy a ser distinta, a partir de este momento. Y porque soy diferente, voy a pensar en vivir ignorando a la gente y solo pensando en mí. Reventaré las cadenas que cierran esta prisión y sacaré de mi corazón de cuajo todas mis penas; y solo las cosas buenas que me hagan ilusión, las cogeré por las buenas pegando ese empujón saliendo de mis quimeras. Pues tengo la suerte de ser en mi especie, muy hermosa; mezcla de "rosa" y "clavel" y del color de la "rosa". Y desde hoy en adelante; pienso que me irá mejor dedicándome a vivir; mirando siempre adelante y teniéndome mucho amor para sentirme muy feliz. P. Garrido. 29-6-2020 Érase una vez el "tiempo"
que vivía en soledad en un mundo ya muy negro sin ninguna claridad. El "Tiempo" se enamoró locamente de "Esperanza"; y con ella se unió en una fiel "alianza". Fue padrino el firmamento y testigo el universo de aquel acontecimiento que sellaron con un beso. De aquel amor tan hermoso, nacieron doce retoños; uno por cada mes o periodo que tenían nuestros años. El primero bautizaron con el nombre de "Enero"; y al segundo le pusieron al sentarlo, el de "Febrero". El tercero era "Marzo" y los hizo muy feliz; y por eso al hijo cuarto lo bautizaron de "Abril". Y cuando nació "Mayo"; el "Tiempo" en plenilunio, hizo de su capa un sayo; y al próximo le puso "Junio". Qué felicidad sentían el "Tiempo" y la "Esperanza"; y a cada hijo que tenían, regalaban una estancia. Vivían en la "galaxia" cerca de nuestro planeta; y les hacía mucha gracia viajar en un gran "cometa". Y nació el mes de "Julio" con un bellísimo "rostro"; el "Tiempo" sintió orgullo y al próximo le puso "Agosto". Y cuando nació "Septiembre" todo empezó a apagarse y después vino "Octubre"; el "Tiempo" empezó a irse. "Esperanza" con"Noviembre", le dió energías nuevas; el último nació "Diciembre" que iluminó las estrellas. Así fue el nacimiento de los doce "zagalillos" que la Esperanza y el Tiempo tuvieron los dos unidos. Los doce meses del año con sus cuatro estaciones; la Primavera y el Verano, Otoño e invernación; vivieron eternamente para dar felicidad; aunque haya mucha gente que no se quiere enterar. Pero llegará el día, con el Tiempo y Esperanza que vivamos con alegría en un mundo de "organza". P. Garrido. 28-6-2020 Si me sintiera capaz
de revelarme a la inercia en esta vida tan perra que me obliga a caminar lo mismo que los demás, donde una mano férrea te amenaza con la guerra si no quieres avanzar; me iría por otros caminos donde pudiese elegir la opción de mi destino. Y elegiría a mis vecinos por su forma de sentir aunque sea peor camino. Y cuando sea que me pierda; que sea por mi decisión y no porque los demás elijan por mí, vereda de obligada dirección donde no haya marcha atrás. Quiero que mis decisiones, no sean por otros tomadas aunque sean equivocadas. Serán mis rectificaciones y las "penurrias" pasadas las que me den nuevas alas. P. Garrido. 28-06-2020 Por la ribera del río
entre verdes alamedas; iba en su corcel vestido un "doncel" con bellas prendas. Era blanco el caballo, e inmaculado el "doncel"; le acompañaba un vasallo que vestía como él. Y allí en aquella ribera tan verde y tan hermosa, siempre era primavera oliendo a clavel y rosa. En las aguas cristalinas del río de "Cortes" precioso, jugaba de orilla a orilla un "tritón" rosa precioso. De pronto lo vió el "corcel" y saltó junto a su lado rozándose piel con piel mientras miraba el "lacayo". El joven desde el prado veía que se ahogaban; y una milagrosa mano a la hierba los sacaba. Pero por arte de "brujas" desapareció el "corcel"; y dentro de una "burbuja" se amaban "tritón" y " doncel". Era un mágico momento tan rebosante de amor, que se rió el firmamento y los calentaba el sol; el clavel guiñó contento; y abrió sus hojas la flor. De pronto se convirtió el "tritón" en bella "doncella" con su pelo largo y rubio, que parecía una "sirena". Que amor tan "virginal"; qué momento de emoción, no parecía terrenal; todo era satisfacción y se podían escuchar los latidos de su corazón. Y cuando todo acabó, en la hierba, sólo había un "clavel" que floreció; y una "rosa" que crecía. Nadie aquello presenció; ni un "mago" mejor lo haría, cuando el agua se secó; sólo el aroma se olía del clavel que floreció; y la "rosa" que crecía. Las flores siguen creciendo en la ribera del "río"; el agua sigue corriendo, ¿Sería un sueño mío?. P. Garrido. 27-6-2020 Si un día me quieres buscar;
mira donde la esperanza, porque allí tengo una "estancia" dispuesta para ocupar. No te traigas nada más que tu fe y tu confianza; y no me traigas "fianza", pues te la voy a regalar. Y si necesitas donde apoyar tu corazón para contarme tus penas, el mío estará conforme con buscar la solución a esas dudas que tengas. ¡Ay!, quién pudiera saber todas las contestaciones a preguntas incontestables; o tener oculto el poder para darles soluciones; y ponértelas viables. Pero sí qué intentaré darte apoyo en lo que sea, aunque sea algo invisible. Por ti me desviviré "remangándome" en la pelea y haciendo lo imposible. P. Garrido. 27-06-2020 Había unos "martinicos"
debajo del "paraiso" en la puerta de la cueva, que como eran tan chicos casi a uno yo piso cuando "tendía" en la puerta. Me gritó malhumorado que muy bien se escuchaba; y al verlo tan "cabreado" le dije, me perdonará. Me dijo no perdonar aunque no lo había pisado; y que me iba a enterar por no tener más cuidado. Yo no le hice ni caso a un "duende" tan "chiquitillo"; pero creo que fue un fracaso no escuchar al "duendecillo". Empezó a dar que hacer sobre todo por las noches; y lo escuchaba correr desde la alcoba al porche. No dejaba "ná" parar moviendo cuadros y tazas; también hacían "rular" los calderos y las "mazas". Ya no sabía qué hacer con aquellos "martinicos", que siempre al anochecer lo hacían todo "añicos". Hasta que un día segando en el llano del "Maray"; me encontré descansando al "bicho" más feo que hay; y se encontraba "roncando". Era el jefe mayor de todos los "gambusinos" que al verme con la hoz, empezó a soltar "gemidos". Yo le dije que tranquilo, que no lo iba a dañar; que se viniera conmigo si me quería ayudar. ¿Sabéis que los gambusinos son como bolas de pelo con más dientes en la boca que la sierra un carpintero; y negros como una foca?. Total, que me dijo bueno; y en un saco con su familia me los traje para el pueblo. Los alojé en la placeta debajo del "paraiso", al lado de una maceta; donde el "gambusino" quiso. Los "duendecillos" se fueron a la cueva del vecino, dande moviendo siguieron; y hasta se bebían el vino. Y ya no sé qué es peor, dormir con tanto ruido; o al "gambusino" mayor tenerlo de "comía" surtido. Son tan gordos y comilones, que no se dónde buscar tantas sandías y melones y coles en el "bancal"; también se comen ratones y gatos que ven pasar; qué "gambusinos" glotones. P. Garrido. 26-6-2020 Tantas veces como tomé
parte de tus alegrías; tantas que en mis fantasías por las noches te soñé; y tantas como te amé en aquellas noches mías de soñar las algarabías que contigo disfruté; se me fueron tan lejanas que allá en la lejanía aún siento que me llamas, pero el dolor de mis "canas" me impiden vida mía que las vea ya cercanas. Qué lejos se me quedó todo lo que yo amaba y nos hacía tan feliz. Tan rápido se pasó, como una llamarada que se apagó sin sentir. Y ahora en la sensatez que los años te van dando, ves esa cruda certeza. Y entramos en la vejez, esa que nos va quitando la lozanía y la fuerza. P. Garrido. 26-06-2020 Allá en el Campo Cebas,
el año de María Castaño; vivía en unas cuevas un personaje huraño que por las noches en vela se pasaba y no era extraño, porque "purgaba" sus penas. Dicen que en su juventud, a su hermana asesinó; le arrebató su "virtud" y profunda la enterró. Aquella niña "violada", quedó en el anonimato, por todos, fue olvidada; pero el día de su Santo, todos los años brotaba una flor que por su encanto a todas sobrepasaba por su pureza de blanco. Cierto día un boticario que buscaba manzanilla junto con un herbolario, vieron aquella florecilla. Y cristiana sepultura a la niña se le dio; la flor, a aquella criatura, le salía del corazón. El criminal, siguió velando hasta el día de su final; dicen que murió "rabiando" como un perro el animal. P. Garrido. 25-6-2020 No debían de tener
las palabras que usamos tantísimos significados según tengamos situados los acentos que queramos para decir lo que no es. Que exista el blanco o negro; la verdad o la mentira y no una palabra en medio que sea oscuro o claro, como cada uno quiera ver. Con tantos significados como tienen las palabras; es para hacernos dudar. Así nos equivocamos y tienen sus razones claras para poder engañar. Donde dije digo, me arrepiento y digo luego lo que a mí me dé la gana; y digo querido amigo, que quería decir Diego o que no decía nada. P. Garrido. 25-06-2020 Contaba mi "bisabuela",
a la que yo conocí; y que estando en la escuela también lo escuché decir, que había en Cortes un viejo; que de la guerra de Cuba se había traído un "bichejo" y lo tenía en su cueva. Aquel "bicho" al parecer, daba unos "alaridos", que aunque no se podía ver te daban escalofríos pensando en qué podía ser. Dicen, que una vez mandó el Rey Alfonso XIII, a verlo un "emisario"; y que cuando el "bicho" vio casi que le dió un "telele" huyendo como un "corsario". Al Rey, no se lo contó, se inventó una fantasía; el monarca, lo creyó y aquel "Bicho" que tenía, el "Chato" se lo quedó. El tío "Ramón el Chato", que luchó con "Cascorro"; ese era mi paisano, que con el héroe algún rato hicieron juegos de mano. Cuentan que el boticario, le llevó una receta y lo vio de refilón; decía, que a ciencia cierta, ni era tigre ni león; pero "bicho" extraordinario. Que le parecía una "foca" y no cabía en el "covarrón"; y que tenía la boca, más grande que un fogón. Que comía lo que pillaba; lo que le caía a la mano, que se comió una pava cinco perros y diez marranos. Al final se le cayeron los dientes al animal; y con caldo de puchero se tuvo que alimentar. Las cuevas ya se hundieron; y nadie supo jamás los dos dónde se metieron, el "Chato" y el animal; dicen que de allí se fueron para no volver jamás; otros dicen que murieron, que debajo tierra están; que juntos como vinieron quedaron "pa" la eternidad. Y como ya os he dicho; nadie se llegó a enterar de la naturaleza del "bicho"; si fue mentira, o verdad. P. Garrido. 24-6-2020 Cuando vino a darse cuenta
de que había consumido el tiempo que le había sido apuntado en su cuenta, quiso volver a la puerta por donde había salido y empezar nuevo camino, pero se quedó sin fuerza. Porque no hay oportunidad de regresar a la salida donde empiezas con tu vida. Si volvieras a empezar, no escogerías esa salida habiendo otra más sencilla. Pues tenemos los humanos la osadía de elegir siempre el peor camino; aunque ya otros hermanos se nos fueran por allí y no sepamos su destino. Y creo, que aún sabiendo el destino que nos espera, habría aventureros que se irían corriendo por la misma carretera en busca de destinos nuevos. P. Garrido. 24-06-2020 Donde se juntan los ríos
de Cortes con el Guardal; están los restos hundidos de un castillo del lugar. En "Benzalema" habitaba un "sultán" entre los ríos y con sus moros "escondíos" muy seguros se encontraban. Quienes por allí pasaban de Baza con "mercancía", el tributo le pagaba a toda la "morería". Tenía el Rey una "sultana" que nadie podía mirar; y la pobre en su ventana, no dejaba de llorar. La mora se consumía presa en su torreón; desde donde sólo se veía el gran "Cerro Jabalcón". ¡Ay!, se quejaba llorando; ser prisionera, no quiero, que felices son volando los pájaros en el cielo. Y fue cuando más lloraba, que un pájaro se apiadó y entrando por la ventana, de esta manera le habló. Soy el "mago" que adivina; y te daré la libertad convirtiéndote en "golondrina" para que puedas volar. Pero has de tener en cuenta, que así siempre quedarás; y alma que no sea violenta, solo te podrá salvar. La Reina, no lo pensó, pues era su pena tanta; que pronto se convirtió en "golondrina" muy blanca. Y al llegar la primavera, siempre la veían llegar revoloteando la primera a la iglesia para anidar. Lo hacía en el "voladillo" de la iglesia de "Cortes", donde se veía el castillo y Baza en los horizontes. Y por la vega volaba sin llegar al final del "Río"; que aquello le recordaba al "sultán" y su poderío. Se fue el tiempo pasando, todos los años venía; y se sentía volando en libertad y alegría. Pero enfrente de su nido; en Castillo que hoy es ruina; vivía un Rey unido a un "principito" y su Reina. Era el príncipe en nobleza, y en bondad, reconocido; y en aquella fortaleza, otro no había nacido. Esperaba el Rey "mozuelo" la hermosa primavera, porque volando en el cielo veía a su "Golondrina". Se había enamorado viéndola volar divina; y se quedaba embobado mirando a su "Golondrina". Pasaba horas enteras mirando a su amada; y parecía que volaba, aunque nadie lo creyera. En realidad, es que volaba con ella en el pensamiento; y juntos los dos surcaban lo ancho del firmamento. Así, los años pasaban y el dolor le recomía; y por dentro lo minaba llenándolo de agonía. Hasta que al fin enfermó, cayendo en melancolía ; y el Rey fue y pregonó un bando que así decía. Que si alguien encontraba un remedio a su tristeza; muy bien lo recompensaba llenándolo de riqueza. Entonces se enteró, de "Carramaiza" un mago; y a "Cortes" se acercó, por si podía hacer algo. El "Príncipe" le contó la pena que le afligía; y el "Mago" le contestó, que él, remedio tenía. Soy "El mago que adivina"; y si de verdad, la quieres, te convierto en "golondrina" y así su pareja eres. Entonces arrancó los vuelos y se fue con su amor; y ahora surcan los cielos volando juntos los dos. Pedro Garrido. 24-6-2020 Empezaron a encender
las "luciérnagas" su luz para alumbrar el camino que tenía que recorrer arrastrando con su cruz hasta llegar a su destino. Aquel destino cruel al que un día lo apuntaron y ni siquiera preguntaron si era conforme con él, o no quería recorrer; tan sólo lo empujaron y de esta forma lo entraron donde no pudo volver. A la salida del sol, las "luciérnagas" apagaron la luz que le alumbraba y cuando empezó el calor las "cigarras" le cantaron cuando el sol más abrasaba. Nadie pudo detener el ritmo de aquellos pasos tan lentos pero certeros; ni el tiempo de su "atardecer“, donde ya no había espacios hasta que llegó a los "cielos". P. Garrido. 23-06-2020 A donde nunca has viajado
te llevaré en el pensamiento y te enseñaré mi huerto; el que tengo allí sembrado en un misterioso prado debajo de un firmamento que parece al de un cuento y en el que nunca has estado. Te enseñaré a cultivar unas especies de flores que no has visto jamas; y cuando empiecen a brotar verás que desprenden olores que no podías imaginar. Son flores de la ilusión; las que en mi pecho florecen sin tener limitaciones; me nacen del corazón y se riegan con la mente donde nacen las ilusiones. Es un sitio imaginario donde se puede viajar sin los medios de transporte. Es algo extraordinario, donde hasta puedes volar o volverte transparente. P. Garrido. 22-06-2020 Cuando uno se imagina
que todos son inferior cuando están en su presencia; y que ninguna esencia huele mejor que su flor, su problema es "mayor" ya que tiene la conciencia de ser gran hombre de ciencia y en su "ego", el mejor con bastante diferencia. Pobre iluso "mequetrefe" que nunca vió más allá de unas gafas de sol y todo se le oscurece porque el oscuro cristal no deja pasar resplandor. Y el día que se le olvidan, cuando sale a la calle el resplandor, lo escandila; y no ve tantos detalles bonitos que hay en la vida delante de los cristales. Abre los ojos y mira; y nunca pienses "jamás" que no hay persona viva que te pueda superar. P. Garrido. 21-06-2020 Serás lo que quieras ser
siempre que te lo permita el que tira de la "guita" y mueve el palo a la vez para que saltes, o estés quieto en una "esquinita" esperando en tu "sillita" hasta que le parezca a él. Pues tiene el "marionetista" un arte para mover los hilos de los muñecos, que los convierte en artistas o les hace parecer inútiles y "zopencos". Según sea el "guión" que toque representar en un preciso momento, te pone buena función que tienes que interpretar, o te transforma en "jumento". Nos dicen que podemos ser leídos, o mano de obra; como nosotros queramos, pero eso, de verdad no es y él se sabe de sobra como atarnos de las manos. P. Garrido. 20-06-2020 Cuando te llamen cobarde
por agachar la cabeza si has sentido vergüenza por una acción deplorable o algo irreparable; pide perdón y remedia si es posible la ofensa, que todo es perdonable. No es ninguna cobardía pedir perdón por los fallos que se puedan cometer. Creo que es la valentía de unos pensamientos claros que te lo hacen reconocer. Pues son las imperfecciones, defecto de los humanos cuando no estamos atentos. Sin embargo hay opciones de pedir perdón si queremos arreglar esos defectos. Y también de los errores se consigue aprender si eres persona honrada, evitando las ocasiones que te puedan hacer caer en situación delicada. P. Garrido. 19-60-2020 Es tan delgada la línea
que separa el bien del mal y el cariño del rencor, que con poner un pie fuera, pasas de ser muy formal a quedarte sin amor; solo por un resbalón o un despiste de "ná". Quiero decir, que el perdón es difícil de encontrar cuando más se necesita; y si das el resbalón, te cuesta una eternidad limpiar el borrón de tu lista. Esa lista a que te apuntan en el mínimo descuido y tan gratuitamente; y ni siquiera preguntan si aquello fue fortuito, o lo tenias en la mente. Así nos va en esta vida donde hablamos demasiado; y si descubren tu herida, todos los palos a ese lado. P. Garrido. 18-6-2020 En esta vida en concreto
todo se puede arreglar aunque se quede detrás del "esparatrapo" puesto en tu herida algún resto que nunca cicatrizará pero que puedes aguantar para empezar de nuevo. Es de justos perdonar para enpezar el camino que te queda por andar y que aunque sea cansino lo tienes que "apechugar". Ármate de la paciencia que te sea necesaria para culminar tu hazaña y guíate de tu experiencia para cruzar esa balsa donde hay tanta "cizaña". Cierra tus ojos y piensa lo que te puedes perder si te encierras en tu cuarto. No es mucho, pero compensa aunque tengas que ceder un poco en el "reparto". P. Garrido. 17-06-2020 Quedaría muy satisfecho
si cuando me hubiese ido, hubiese yo conseguido liberar mi pensamiento; hubiese lanzado al viento lo que encerraba mi pecho, que no es dolor ni despecho sino puro sentimiento. Pues no me quiero llevar al abismo más oscuro de un pensar desconocido todo lo que he vivido y aquí lo quiero contar. Viví tantas aventuras y batallas interiores que no quisiera llevarme. Unas veces fueron duras, otras, un poco mejores y otras fueron pasables. Por eso quiero dejarlo aquí todo por escrito, por si pudiese ayudarlo a no pasar por el sitio, que yo no pude evitarlo. P. Garrido. 16-6-2020 Debería de enrojecer
mirando a mi alrededor lo que me dejé de hacer pensándome que era un "Dios"; que no tenía que correr que para eso estaban "tós", que es lo que tenían que hacer mientras yo seguía sin ver que también dejé el amor; por Dios, qué desfatachez. Aunque en mi loca carrera no conseguí encontrar lo que quería buscar dentro de aquella "dulcera" entre el dulzor de la "crema" que podía disfrutar y no me paré a mirar que había una "pastelera". Y endulzado en el pastel, no vi a mi alrededor la hermosura que tenía. Solo veía la miel y no veía el amor que a mi alrededor había. P. Garrido 15-6-2020 Los besos y los abrazos
que se pierden y no se dan, no se recuperarán; que el tiempo hace pedazos la fuerza de nuestros brazos; y otras costumbres vendrán, lo mismo que se sellarán los besos de nuestros labios. ¿Y qué será de una vida sin recibir las caricias de nuestros seres queridos?. Será como una caída adonde no haya sonrisas en el pozo de los olvidos. Casi prefiero morir que vivir sin el calor de mi gente más cercana; porque esto no es vivir mandando abrazos de amor virtuales por esta ventana. Espero que recuperemos pronto la normalidad y volvamos a ser igual; que abrazarnos y querernos, sea una cosa normal como "hartarnos" de besar. P. Garrido. 14-6-2020 Bajó la paloma al río
sedienta para beber y bañarse a la vez, pero como hacía frío sintió un escalofrío y no se quiso meter, dejando el agua correr sin mojarse su "vestío". En el río, en la corriente oculta en el pedregal había una serpiente que la quería alcazar para hincarle el diente y poder desayunar. Fue por una instuición, que no apagó su sed ni se bañó en el río. A veces el corazón, te avisa que puede haber algún peligro "escondío". Esta vez fue la serpiente quien se quedó sin comer por una corazonada. Pero así no pasa siempre, otras veces sin querer te metes en la estacada. P. Garrido. 14-6-2020 |
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AutorPedro Garrido, a través de malacatonesdecortes. Categorías |